El número de especies ronda los 100, la mayoría originarias de Asia y un reducido número nativas de Europa, Norteamérica y África noroccidental. Tanto especies como cultivares e híbridos se cultivan como ornamentales por la belleza y fragancia de su flor; pero también para la extracción de aceite esencial, utilizado en perfumería y cosmética, usos medicinales (fitoterapia) y gastronómicos.
Existe una enorme variedad de cultivares (más de 30 000) a partir de diversas hibridaciones, y cada año aparecen otros nuevos. Las especies progenitoras mayormente implicadas en los cultivares son: Rosa moschata, Rosa gallica, Rosa damascena, Rosa wichuraiana, Rosa californica y Rosa rugosa. Los cultivadores de rosas del siglo XX se centraron en el tamaño y el color, para producir flores grandes y atractivas, aunque con poco o ningún aroma. Muchas rosas silvestres y «pasadas de moda», por el contrario, tienen una fragancia dulce y fuerte.
Las rosas están entre las flores más comunes vendidas por los floristas. El rosal es una de las plantas más populares de los jardines, incluso existen jardines específicos llamados rosaledas, donde se exponen únicamente los miembros del género, cuya variedad es tan extensa que comprende desde rosales miniatura de 10 ó 15 cm de altura, hasta grandes arbustos, trepadores que alcanzan varios metros de altura o rastreros utilizados como cubre suelos.
Los rosales son arbustos o trepadoras (a veces colgantes) generalmente espinosos, que alcanzan entre 2 a 5 metros de alto, en ocasiones llegan a los 20 m trepando sobre otras plantas. Tienen tallos semileñosos, casi siempre erectos (a veces rastreros), algunos de textura rugosa y escamosa, con notables formaciones epidérmicas de variadas formas, persistentes y bien desarrolladas (aguijones).
Las hojas pueden ser perennes o caducas, pecioladas e imparipinnadas con entre 5 a 9 folíolos de borde aserrado y estípulas basales. Es frecuente la presencia de glándulas anexas sobre los márgenes, odoríferas o no.
Las flores, que surgen en inflorescencias racimosas, formando corimbos, son generalmente aromáticas, completas y hermafroditas; regulares, con simetría radial (actinomorfas). El perianto está bien desarrollado. El hipanto o receptáculo floral prominente en forma de urna (tálamo cóncavo y profundo). El cáliz es dialisépalo, de 5 piezas de color verde. Los sépalos pueden ser simples, o a veces de forma compleja con lobulaciones laterales estilizadas. Corola dialipétala, simétrica, formada de 5 pétalos regulares (o múltiplos de 5), a veces escotados, y de variados colores llamativos, también blancos. La corola suele ser "doble" o "plena" por transformación de los estambres en pétalos, mayormente en los cultivares. El androceo está compuesto por numerosos estambres dispuestos en espiral (varios verticilos), generalmente en número múltiplo de los pétalos (5x). El gineceo apocárpico (compuesto por varios pistilos separados). Nectario presente, que atrae insectos para favorecer la polinización, predominantemente entomófila. Perigina (ovario medio), numerosos carpelos uniovulados (un primordio seminal por cada carpelo), así cada carpelo produce un aquenio.
El fruto de la flor es una infrutescencia conocida como cinorrodón o escaramujo, un "fruto" compuesto por múltiples frutos secos pequeños (poliaquenio) separados y encerrados en un receptáculo carnoso (hipantio) y de color vistoso cuando está maduro.
Desde el punto de vista de la práctica de la jardinería, y esquemáticamente, los rosales se clasifican en 4 grupos:
- Rosales silvestres: son los que sin ser cultivados crecen en la naturaleza.
- Rosales antiguos: son los tipos de rosales que existían antes de 1867, año en que apareció el primer Híbrido de Te, un híbrido artificial.
- Rosales modernos: son los rosales posteriores a 1867 hasta la actualidad; a veces este grupo se lo divide en generaciones.
- Otros tipos: este grupo incluye tipos especiales de rosales
Algunos consejos para realizar cultivos
- Sol al menos 6
horas al día. Generalmente han de encontrarse
en lugares muy soleados, aunque es conveniente que tengan un poco de sombra en
ciertos momentos del día.
- La mejor situación
es un lugar despejado, al sol, donde el aire pase fácilmente entre las ramas.
- La circulación
del aire es importante porque así hay menos hongos. Un
rosal cerca de un muro o rincón más húmedo, con menos circulación del aire, es
más propenso al ataque de hongos.
- Resiste el
frío, pero
en climas con heladas fuertes es importante protegerlas en los
meses más duros del año, envolviendo el tallo y las ramas con hojas secas, papel
de periódico o algún plástico.
- No son muy
exigentes en cuando al suelo. La mejor es la tierra
arenosa-arcillosa, profunda, permeable, con buen drenaje.
- Buen riego y
muchos nutrientes para que florezca con profusión.
Al plantar rosas cerca de otras plantas, asegúrate que la competencia por los
nutrientes y el agua no les afecte (abona y riega más).
- En el caso de que
la Rosa esté cultivada en una maceta, la frecuencia de riegos será mayor.
- No mojar las
hojas para
evitar la aparición de hongos.
- Algo fundamental
para el correcto crecimiento de esta planta es realizar una poda dos
veces al año, una drástica en invierno y otra en la época estival.
- El primer año no
hay necesidad de podarlos, sino que hay que hacerlo a partir del segundo
año.
- Además es
fundamental eliminar las flores marchitas para que no consuman recursos
que precisan los capullos que están por florecer.
- Normalmente la multiplicación se realiza por injerto. Admite esquejes leñosos, semillas, acodos.
Las rosas son símbolos antiguos del amor y de la belleza. La rosa era sagrada para un número considerable de diosas (deidades femeninas) de la antigüedad, y se utiliza a menudo como símbolo de la Virgen María. Las rosas son tan importantes que de ellas derivan términos como color rosa o rojo en una considerable variedad de idiomas.
Las rosas vienen en una variedad de colores, cada uno con un diverso significado simbólico:
- Naranja: pasión exaltada
- Azul:representa milagros y nuevas posibilidades
- Rojo: amor, pasión
- Rosado: tolerancia, secreto
- Rosado Oscuro: gratitud
- Rosado Ligero: admiración, condolencia
- Blanco: inocencia, pureza, pristinidad, alma. (véase también: Rosa Blanca)
- Amarillo: amor muriéndose, celos, orgullo, vergüenza, infidelidad, (aunque también puede significar amistad)
- Borgoña: belleza
- Gris: Enfermedad, vejez
- Negro: sexo o muerte
1. Durante el primer año desde la plantación, el riego no debe descuidarse, porque todavía las raíces no son profundas.
2. En invierno, que no tiene hojas, es evidente que no necesitará ningún aporte de riego. Si está en maceta se debe regar algo para que no se resequen las raíces, pero muy poco.
3. Evita siempre el encharcamiento. Un Rosal encharcado varios días es peligrosísimo. El exceso de agua es un grave problema para la mayoría de las plantas; se pudren las raíces y mueren. Este es un error muy frecuente de los jardineros: regar demasiado. En el riego es mejor quedarse corto que pasarse he ir tanteando.
4. Es mucho mejor regar por la mañana temprano o al atardecer. No lo hagas durante las horas de mayor calor del día.
5. No mojes ni flores ni hojas puesto que favorecerías las enfermedades por hongos, el mayor problema de los Rosales. Aplica el riego al pie de la planta, con manguera, regadera o riego por goteo.
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